«Enseñar a leer fue tormentoso», ¿Te parece familiar esas palabras?
Si le preguntáramos a las madres sobre su experiencia enseñando a leer, ¿Qué nos dirían?
Algunas nos dirían que ha sido hermoso el proceso, el leerle cuentos de noche, y ver cómo poco a poco, con el apoyo de la maestra de primer grado, el niño o niña aprendió a leer. Que actualmente ama la lectura, ama los libros, leer es parte de sus pasatiempos.
Que cuando va de paseo o en la sala de espera para ver al doctor, los libros son su mejor aliado. Que le dedica tiempo a las pantallas, sí, pero lo reduce porque entre las otras actividades tiene el leer.
Umm, creo que exageré al escribir » Algunas», pues creo abarcó más de lo que realmente es, creo la palabra sería: Unas pocas.
La mayoría de las madres que conozco y de los testimonios que leo a diario en Internet, este proceso no es una maravilla, no es sacado de cuento de hada. Para nada.
A través de estás entradas te compartiré parte de las entrevistas que he tenido con madres que han pasado por daleonlectura.com; para que te des cuenta que hay otras madres en tu misma situación.
Allí ellas hablan de cómo fue el proceso previo, el durante y el después de enseñar a leer en Daleón.
En esta ocasión te comparto extractos de la entrevista que hicimos el 12-02-2022 con Adriana, una mamá lo intentó todo, antes de decidirse a comenzar con Daleón Lectura.
Y lo quise compartir con ustedes porque estoy segura que muchas madres se sentirán identificadas con lo que ella cuenta.
La experiencia fue tormentosa
«Si puedo elegir una palabra sería tormentosa.»
¿Por qué una mamá podría llegar a un punto de decir que una experiencia educativa con su hijo debe ser tormentosa?
¿Por qué no puede ser como cuando nos sentamos a jugar con ellos, que nos relajamos y la pasamos súper, hay risas, los ves a los ojos y los ojitos brillan?
¿Por qué el enseñar a leer no puede ser igual?
Dispuse de mucho tiempo
«Yo había dispuesto de mucho tiempo para que él lo hiciera.
Me compré los libritos tradicionales con los que enseñamos a leer acá en Venezuela, no me convencieron. Busqué otro libro que parecía más moderno, más amigable, creía que esa podía ser la barrera.»
El primer factor es el tiempo. La mamá cuando quiere que su hijo alcance un objetivo, lo primero que hace es disponer del tiempo. Piensa ¿Qué voy hacer? y ¿Cómo lo hago? Lo primero que hace es pensar: «Bueno como yo aprendí, así aprenderá mi hijo».
Entonces, tanto en los casos que quieren enseñarle desde casa, como cuando le asignan la lección la escuela, lo primero que compran es el libro. El mismo libro con que le enseñaron a ella hace mucho tiempo. Hay unos que optan por buscar uno más actualizado pero con el mismo método.
Y manos a la obra empiezan con las lecciones.
No recordaba la lección anterior
«Hoy decía ma, me , mi , mo , mu y mañana la otra lección ta, te, ti, to tu; y al tercer día ya no recordaba el ma, me, mi, mo ,mu.»
Empiezan por las letras, y luego viene unir consonante con vocal para formar la sílaba. (Por cierto en este entrada te cuento de las instrucciones metodológicas para usar el libro tradicional que todos- maestros y padres- se pasan por alto. Leer aquí).
Pero la mamá se va con lo tradicional, con lo que ella aprendió » la eme con la a suena ma» Y el niño repite inclusive: «La eme con la a suena ma». Al día siguiente la mamá va con la esperanza de que los 15 minutos del día anterior hicieron su efecto. Y sorpresa, funciona.
Pasan a la siguiente lección: la letra P. Quince minutos más. Aun aquí hay calma y tranquilidad.
Llega el siguiente día y le pregunta esperando obtener la misma respuesta del día anterior: «La eme con la a»; ¿Y cuál es la sorpresa? El niño, en la mayoría de los casos, dice: «pa». Aquí empieza el problema.
Pareciera que el niño se queda con lo último que vio, con la memoria del día de ayer solamente.
De aquí en adelante es una lucha entre la madre que quiere avanzar la lección diaria y el niño que no recuerda.
Si a eso le sumamos la presencia de abuelos y tíos opinando de cómo se debe enseñar, de ponerle etiquetas al niño, de la abuela consolando al niño; se vuelve un caos la casa.
Por favor si hasta aquí esta escena es familiar, déjame un comentario abajo.
Empezamos una y otra vez
«Empezamos desde cero una y otra vez.»
Aquí las madre demuestra que son perseverantes. Lo intenta una y otra vez.
Pero los resultados las trauman, las estresan, lloran, gritan, y termina la situación en amenazas y castigos.
Y en la noche llora, porque no es así cómo ellas quieren actuar. Es su hijo que ama y no quieren causarle traumas ni malos momentos. Piensa ¿Por qué es tan difícil?
Y luego se le ocurre una muy mala idea: comparar a su hijo con otro. Dice «Si al hijo de fulanita se le hizo tan fácil, por qué al mío no?
Si hasta aquí piensas que te he visto por un huequito y sé de todo esto que vives a diario; olvídalo. Hay muchas mamá en esta misma situación.
Busque alternativas para enseñar a leer
«Yo había buscado muchas alternativas. Había pagado muchos profesionales para que se dedicarán a él. Lo hice con trabajo en casa, con una psicopedagoga, lo intente con una maestra de refuerzo (tareas dirigidas).»
Después de mucho intentarlo, y de cambiar los materiales y tampoco tener éxito; la madre empieza a pensar que la culpa es de ella. Que ella no nació para enseñar, que no es capaz de hacerlo y en ese momento pide ayuda.
Busca a sus amigas y le pide consejo, les pregunta qué hicieron ellas, y se da cuenta que la mayoría de ellas les fue difícil enseñar a leer. Busca expertos en Internet, le pide recomendación al pediatra, hace de todo para lograr el objetivo.
La mayoría hace un gran esfuerzo en enseñar a leer a sus hijos, busca todas las formas posible, invierte y gasta mucho dinero para que su hijo pueda alcanzar la meta de aprender a leer.
En un momento hasta piensa; «Bueno si no aprende a los 6 (que es la edad que sugieren las escuelas que debe aprender), aprenderá a los 7 a los 8, o bueno en en algún momento.» Y luego hasta llegan a pensar como pensó Adriana en el siguiente párrafo.
¿Qué está pasando?
«Yo decía: ¿Qué está pasando?»
«Habían momentos que yo tenía bajones anímicos, emocionales y me decía a mi misma: «Mi hijo no lo va a lograr».»
Es tal la situación que puedes llegar a pensar que tu hijo no lo va a lograr, y lo peor es que se lo tramites al niño. Y el niño acepta: «Mamá yo no lo voy a lograr», «Yo soy un burro», «Yo no soy inteligente».
Te puedes imaginar ¿Cómo se siente un niño que la mamá, el papá, o la maestra le diga: «No lo vas a lograr»?¿Qué le hacen a su confianza y autoestima? Su autoestima van en picada.
Nunca había intentado con un método distinto
«Lo que nunca había intentado era con un método distinto. Siempre había sido con el método silábico.»
Adriana, luego de mucho pensarlo, escuchó el consejo de una amiga y se dio cuenta que lo único que no había hecho era probar con un método diferente al silábico.
Nos contactó, por Instagram, en la entrevista que te dejo el enlace al final puedes escuchar cómo desesperada nos escribió casi en la madrugada de un domingo.
Ycuando hablamos de cómo implementaríamos el método se llevó una sorpresa enorme: Ella sería la que enseñaría a leer a su hijo. Sí ella. (Este año le haré una entrevista para saber que pensó cuando le dije esto?) Yo le facilitaría los materiales que iba a necesitar en una app, la acompañaría pedagógicamente a implementar el método, pero sería ella la que se sentaría 1 minuto con su hijo a enseñarle.
De aquí muchas cosas iba a cambiar, empezando por el método, pero también ella iba a cambiar de rol y actitud. Tendría un rol de facilitadora con su hijo y la experiencia de enseñar a leer sería a través del juego. El enseñar a leer cambiaría de ser «tormentoso» a ser y «Esto es todo lo que debo hacer y así aprenderá a leer», para culminar en «Ahora me lee hasta los Whatsapp, que antes ni me ocupaba de eso».
Cuéntame, para terminar la situación tormentosa que vives ¿Estarías dispuesta a probar con otro método?, así como lo hizo Adriana.
En el caso de Adriana tomó una decisión crucial y esa decisión cambio su vida y al de su hijo.
Te invito a ver toda la entrevista, en nuestro canal Instagram, para qué puedas conocer cómo fue el proceso cuando enseñó a leer desde casa con Daleón Lectura.
Gracias por este post me sirve para reflexionar.
Gracias por comentar Cecilia. Esperamos que cada día más madres se den cuenta que está situación es común, y que tienen en sus manos la posibilidad de cambiarla. Solo necesitan probar con un método diferente. Estamos a la orden